Diseño e implantación del modelo Passive Solar Greenhouse adaptado a las condiciones climáticas del interior de España para la producción hortofrutícola de variedades locales de alto valor añadido, implementando tecnologías 4.0 de predicción e IoT para la mejora de la sostenibilidad y eficiencia energética, así como su integración en la economía circular.

Muchas zonas del interior de España presentan climatologías donde la diferencia de temperatura entre los meses fríos y los meses cálidos es muy elevada. Incluso el diferencial térmico entre el día y la noche es muy alto con respecto a otras zonas peninsulares situadas en el litoral.

Estas zonas del interior de la península se caracterizan por disponer, a pesar del frío, de una alta radiación solar; lo que supone una gran oportunidad a la hora de implantar los invernaderos solares pasivos con éxito. Gracias a la energía solar, se podrían alcanzar temperaturas en el interior del invernadero que hicieran posible la producción hortofrutícola durante los meses más fríos del año a pesar de las condiciones exteriores, o adelantar la producción para obtener un mayor valor  añadido por el producto.

Existen zonas rurales con un riesgo de despoblación irreversible que coinciden con aquellas zonas más frías de la península.

• · El 60% de los municipios españoles tenía menos de 1.001 habitantes a 1 de enero de 2016 (40% de la superficie y apenas concentraba el 3,1% de la población).
• · 19 provincias españolas estaban entre las menos densas de la Unión Europea en 2015.
• · Serio problema en el centro y norte peninsular caracterizado por una población envejecida y una relativa escasez de mujeres.

Los cultivos actuales que se suelen dar en estas zonas son poco competitivos en un mercado global.

• · Áreas principalmente cerealistas y zonas de montaña.
• · Limitadas posibilidades de diversificación de la producción hacia otros cultivos más rentables.
• · Condiciones climatológicas.
• · Capacidad financiera. Dificultad del acceso al crédito para innovar y buscar nuevas alternativas.

Las áreas con mayor riesgo de despoblamiento se ubican en Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha. Estas zonas se caracterizan por ser áreas cerealistas con clima mediterráneo continentalizado principalmente, donde las posibilidades de diversificación de cultivos son escasas. A pesar de que la producción hortofrutícola presenta unas buenas perspectivas de mercado, la instalación de invernaderos en zonas frías tradicionalmente ha requerido de un alto nivel tecnológico, una inversión elevada y un gran consumo de energía, por lo que la producción en invernadero en estas CCAA es prácticamente residual.